Balsa de torralba.
Existe en Torralba del Rió, desde el 30 de septiembre de 1375, una
cofradía llamada de San Juan, la cual se fundó en aquellos tiempos para
defender y vigilar las propiedades y ganados, y procurar la seguridad
del pueblo contra las irrupciones de los enemigos del antiguo reino de
Navarra. Los cofrades se juntaban a un repique de campana y todos debían
tener alguna arma (ballestas, tablachos, lanzas, aljaba, hondas, etc.)
en cuyo recuerdo hoy en día llevan unos palos o bastones.
Hacia el año 1523, después de la conquista de Navarra, y aprovechando
el desbarajuste y desorganización que siguen a las guerras, se formó en
la tierra de la Berrueza una partida de bandoleros, que manifestando
unas veces ser agromontes y otras beaumontes, para su mayor bellaca
impunidad cometían grandes desafueros, robos, latrocinios e incluso
asesinatos en caso de resistencia de las victimas. Se refugiaban en el
antiguo castillo de Malpika, situado en la eminencia de Punicastro de
las Peñas de Yoar o sierra de Codés, desde donde atalayaban una gran
extensión de terreno la cual se hallaba sometida a sus fechorías. Tan
enormes eran éstas y tales estragos causaban en la región, que los
pueblos no tuvieron más remedio que organizar batidas contra estos
malhechores.
La cofradía de Torralba intervino en varios de éstos hechos de armas.
Por fin, el año 1527, en el término llamado Valdemadre del lugar de
Otiñano murió el más sagaz y astuto de los bandidos, Juan Lobo, al que
los facinerosos le habían jurado obediencia. Con el yacen en esa misma
batalla campal muchísimos hombres de ambos mandos.
Los de Torralba, habían convenido que después de la batalla se
reunirían en las inmediaciones de la balsa, existente hoy en día cerca
de pueblo para entrar juntos en el mismo. Pasada lista, los cofrades
vieron con gran júbilo y asombro que no habían tenido baja alguna en la
sangrienta refriega. Tal alegría sintieron que inconscientemente
empezaron a bailar regocijados. Alegría y contento que se transmitió al
pueblo en general, al que para celebrar tan milagroso y feliz
acontecimiento, se trasladaba desde entonces todos los años a la balsa,
de aquí el nombre del baile. En recuerdo de aquella batalla memorable,
donde los cofrades ejecutan una danza típica y singular que significa el
mismo combate y la alegría con la que danzaban para celebrar el triunfo
a la vuelta del encuentro.
La danza comienza con el baile de los dantzaris, simulando la lucha
entre ellos, después las chicas bailan en honor a los vencedores,
portando una pandereta en la mano, y los valientes guerreros
corresponden, para bailar conjuntamente.
Todos fundidos en la alegría de la victoria y el exterminio de los
bandidos, danzan, bailan ellas con las panderetas, para un mayor
alborozo o regocijo, ellos con las “makilas” representando las lanzas,
símbolo de la lucha y mezclados con karrikadantzas, abandonan la danza,
lugar de la histórica cita, y se dirigen al pueblo, a esperar otro año
para celebrar el milagroso portento debido a la protección que la virgen
de Codes dispensa al pueblo de Torralba.
Esta fiesta tiene lugar todos los años el día de San Juan, sin duda como homenaje al titular de la cofradía.
Esta danza se bailó por primera vez en Estella el 5 de agosto de 1956, y
con los trajes actuales del baile de la Balsa, el 24 de septiembre de
1956.
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